Conocí la libertad, la paz y la hermandad.
Viví en familia y armonía, con el corazón lleno de tranquilidad.
Me amé y amé sin juzgar(nos).
Aprendí a abrazar y a decir 'no'.
Me detuve a mirar la mar agradecida con la vida.
Medité en silencio y en compañías.
Lloré y me sentí muy bien por hacerlo.
Me reencontré con un amor de otra vida y nos volvimos a amar.
Me sentí cansada y atrapada, volví a la ciudad.
El cementó se endureció con mis pies enterrados.
El amor me dijo 'tendrás que desapegarte' y comprendí.
La amistad se hizo a distancia y los abrazos solo en sueños.
Lloré, pero ya no quería hacerlo.
Volví a casa esperando un consuelo y recibí quejas.
Me olvidé que acá las cosas son de otra manera.
Me resigné al 'no queda otra' y me consolé con el 'ya pasará'.
Me cansé. Estoy cansada.
Estoy triste y desganada.
No sé ya ni qué hacer ni cómo hacerlo.
Una cosa lleva a la otra y me siento encerrada en mi laberinto.
Ni volver el tiempo atrás, ni que vuelva quién se fue.
Quiero que este presente me deje de aplastar con mis miedos
y no quiero joderme nunca más.
El vacío en el pecho,
en el útero,
en el alma.
El dolor ya cansado
el ya nada sentir.
El ser todo faltal
y esta mierda que apesta.
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