Esta Luna llena se me pasó,
para nada inadvertida.
Mis océanos internos,
que venían ya revueltos
otra vez se hicieron sentir
desde adentro.
No hubo crisis
o tal vez ya me acostumbré
y olvidé que todo ultimamente es crisis.
Me entregué
a mi y al viento.
Caminé bajo ese cielo que en tantos estados me vió,
y solté el control.
Ya no me interesa.
Todo vuelve a fluir
cuando dejo que las olas bailen en mis tripas
y cuando dejo de querer obligar a que fluya.
Fue es y será un misterio,
más ya no me interesa resolverlo.
Viviéndolo.
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