Tras la crisis de un evitable verano en la ciudad
cuando pensé que colapsaría
sucedió lo que ya no esperaba
(después de tantas desilusiones)
¡Renací! .
La lluvia regándome
y un arcoiris en mi cielo
me regalaron la memoria de mis raíces,
hoy más fuertes y enraizadas.
El abrazo del compañero,
que tanto me sostuvo,
hoy es el equilibrio hecho danza,
la unión en amor y armonía,
amándonos sin depender,
ni poseer, ni especular,
Parece un sueño estar despierta,
después de tantas pesadillas.
Ya no padecer la vida,
volver a vivirla.