sábado, 23 de enero de 2016
Luna Llena de enero.
La Luna volviéndose espejo
me recita las verdades que no me animaba a escuchar.
Una hermana me muestra su humanidad,
y entonces me recuerda que yo también soy humana.
Más espejos que reflejan lo mundano,
lo mundano de mí misma que me pide a gritos aceptación.
Que si quiero amar, debo amarme,
y amarme es también amar mi oscuridad.
Que amar y dejarme amar no es una amenaza a mi entereza,
sino un abrazo a mis vulnerabilidades.
Pues claro que tengo miedos, y sombras.
Y son tan hermosas como mis luces.
Tengo sentimientos que llevaba ocultos,
y ahora quieren salir a los gritos.
¡EXISTEN! Existen tanto como yo.
Si niego un pedacito de mis sentires,
es como negar que tengo dos orejas,
un corazón,
y ambos ojos
que uso para observar
y observarme, en la mirada del otrx.
Una boca que grita y susurra
"te amo" "me amo" "nos amo".
Que ya no calla,
por más que la mente maquine...
(quiero desaprender todo eso que me da miedo)
y vaciarme por completo.
porque sé que vaciarme,
es la única manera de volver a llenarme.
Circular, cíclica, lunática.
La Luna lo hace otra vez.
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